Anuncio australiano de 1993 que ilustra muy bien el efecto del alcohol en la conducción. La idea original no fue del TAC de Victoria, si no de un anuncio de Singapur. Para hacerlo más realista y cercano al público se rodaron dos versiones en distintos escenarios: uno en Melbourne (la capital) y otro en la zona rural del estado de Victoria. La conclusión no puede ser más dura, si bebes y después conduces eres un absoluto idiota.
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